LA ISLA
para Emili Vallhonrat
Tan sólo dos cosas me llevo a una isla desierta:
dos tazas de té.
Y como todo maestro sabe
sólo de una podré beber
para los días que me resten como náufrago.
Una es el odio. La otra es el amor.
Y al borde de la locura
tiraré los dos contenidos,
junto con mis espejismos,
a la gracia de las olas.
Y para cuando alguien me encuentre en esta isla
a su alrededor podrá ver
el mar
el mar
que no puede dejar
de partirse
de risa,
de pie como un poeta Zen
-que no se ríe de la vida: se ríe con ella-,
en el momento de morir.
Qué broma tan salada.
Abel Santos.
Del libro Todo descansa en la superficie
(Ediciones Vitruvio, 2013)
Los restos del naufragio,
de Enrique Bunbury
Los restos del naufragio,
de Enrique Bunbury
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