JASS O JAS:
Perfume de jazmín que llevaban las prostitutas
en el barrio Storyville de Nueva Orleáns a principios del siglo XX.
La palabra proviene del Fanti (Africano Occidental)
con connotaciones sexuales o relativas al amor.
El término, con el tiempo, pasó a escribirse luego como Jazz.
Erotismo, humo, crépusculos y decadencia que clama al cielo una segunda oportunidad; mujeres
fatales, boxeadores fracasados, drogas que te hacen perder el sentido de
la vida si no sabes leer entre líneas, el canalla que ves siempre ante
el espejo y que te debe dudas sin vicio, gramos de verdad... Todo a ritmo de jazz y blues.
Muy pronto estará a la venta mi nuevo poemario, un compendio de 38 poemas que tiene como temática exclusiva el jazz y el blues. Un día, hace unos 5 años, me puse convulsivamente a escuchar jazz a todas horas. SI bien es una música que me ha acompañado a lo largo de la vida (de hecho la primera vez que escuché jazz fue al mismo tiempo que descubrí el tecleo a máquina de el vecino de arriba, cuando era un niño de apenas 6 o 7 años) fue a finales de 2011 cuando empecé a meter jazz en mis poemas. Y un buen día de finales de 2015, tras leer la antología Fruta Extraña sobre el jazz en la poesía castellana, revisando mis libros publicados y mis papeles, me di cuenta de que contaba con nada menos que 38 poemas en los que sin darme cuenta mencionaba títulos de composiciones de jazz, o bien aparecían músicos de este estilo entre mis versos. Ahora los reúno, junto con un buen puñado de inéditos que nunca publiqué, en este poemario con prólogo del catedrático, escritor, poeta y crítico literario, José Luis Morante, que por el cariño e ilusión que ha volcado en este proyecto es ya como un amigo.
Os dejo un fragmento del prólogo
Muy pronto estará a la venta mi nuevo poemario, un compendio de 38 poemas que tiene como temática exclusiva el jazz y el blues. Un día, hace unos 5 años, me puse convulsivamente a escuchar jazz a todas horas. SI bien es una música que me ha acompañado a lo largo de la vida (de hecho la primera vez que escuché jazz fue al mismo tiempo que descubrí el tecleo a máquina de el vecino de arriba, cuando era un niño de apenas 6 o 7 años) fue a finales de 2011 cuando empecé a meter jazz en mis poemas. Y un buen día de finales de 2015, tras leer la antología Fruta Extraña sobre el jazz en la poesía castellana, revisando mis libros publicados y mis papeles, me di cuenta de que contaba con nada menos que 38 poemas en los que sin darme cuenta mencionaba títulos de composiciones de jazz, o bien aparecían músicos de este estilo entre mis versos. Ahora los reúno, junto con un buen puñado de inéditos que nunca publiqué, en este poemario con prólogo del catedrático, escritor, poeta y crítico literario, José Luis Morante, que por el cariño e ilusión que ha volcado en este proyecto es ya como un amigo.
Os dejo un fragmento del prólogo
José Luis Morante
La naturalidad es la textura que mejor explica que el arte es vida y la escritura es el trazo leve de un pulso autobiográfico, un misterio velado que habita en las justas dimensiones del poema. Por eso, la idea se pone de pie con un lenguaje rico en sugerencias y sencillo, consecuente con las cadencias próximas de una pieza de jazz.
Abel Santos sabe matizar tonos diversos, desde el patetismo de la desolación en el que la soledad atormenta y emite su queja hasta el lamento elegíaco que despide la penumbra triste de un bar de copas, cuando el cliente llega a deshora y el camarero aleja su cansancio soñando con la huida a cualquier litoral deshabitado. La actitud reflexiva de estos poemas nace en ese instante en el que sueño y realidad se confunden y el yo se siente único habitante de un espacio en ruinas; horas en las que el reloj de la melancolía marca el paso a una actitud vital que acumula fracturas y cicatrices.
Abel Santos sabe matizar tonos diversos, desde el patetismo de la desolación en el que la soledad atormenta y emite su queja hasta el lamento elegíaco que despide la penumbra triste de un bar de copas, cuando el cliente llega a deshora y el camarero aleja su cansancio soñando con la huida a cualquier litoral deshabitado. La actitud reflexiva de estos poemas nace en ese instante en el que sueño y realidad se confunden y el yo se siente único habitante de un espacio en ruinas; horas en las que el reloj de la melancolía marca el paso a una actitud vital que acumula fracturas y cicatrices.
En la voz de Jass abundan los nombres propios de músicos inolvidables, pero no voy a enumerarlos; ellos se sienten cómodos en el anonimato de los poemas y los rostros del jazz solo necesitan una espiral de humo, el contraluz dorado del saxo dormido en un rincón y ese paisaje calmo de la madrugada, cuando la soledad nos convierte en desdoblados interlocutores.
La poesía de Abel Santos sale a la calle con una gabardina de entretiempo para que se cobije la esperanza y una maleta llena de poesía, un sencillo equipaje para compartir con los ruidos del tiempo algo de blues y el paisaje soleado de una pieza de jazz.
La poesía de Abel Santos sale a la calle con una gabardina de entretiempo para que se cobije la esperanza y una maleta llena de poesía, un sencillo equipaje para compartir con los ruidos del tiempo algo de blues y el paisaje soleado de una pieza de jazz.
Poema Blue and brokenhearted
Voz: Jesús Vera
Autor: Abel Santos
Música: Will Bill Davison
Voz: Jesús Vera
Autor: Abel Santos
Música: Will Bill Davison
¡¡Nos vemos pronto en los bares, entre el humo y el jazz!!
Salud.
Magnífica presentación, Abel.
ResponderEliminarUn abrazo, poeta.
Gracias, Piteira, gracias.
EliminarUn fuerte abrazo.
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